Formaciones con Anna Roca

"Conocer a Anna ha sido uno de esos regalos inesperados que te da la vida. Con una sola sesión —sin pretensiones ni necesidad de convencerte de nada— logra colocarte en tu sitio. Recuerdo que desde el principio me dijo: “No tienes tierra”. Y en una semana ya había echado raíces. Creo firmemente que la memoria celular existe, al igual que la epigenética. Si podemos influir en nuestros genes, también podemos sanar las memorias más profundas del trauma. Y eso es lo que más valoro de las sesiones con Anna: la posibilidad real de transformación. Con cada encuentro, sentía cómo mi cuerpo liberaba capas y capas de información antigua que ya no necesitaba. Era como si mis piernas se convirtieran en el canal por donde mi cuerpo soltaba lo que ya no le servía. Cambios profundos, auténticos y, sobre todo, duraderos. Gracias, Anna, por hacerme la vida más fácil, más feliz… y por regalarme paz en el alma."

"La vida no es más que una sucesión de situaciones expuestas y que nuestro cuerpo responde. Algunas de ellas dejan marcas físicas y otras marcas invisibles incluso para nosotros mismos y nuestra pisque. Estas marcas invisibles nos impiden vivir una vida plena hasta que no pasen por un proceso de transcendencia en el que la persona transforme esas experiencias en otra cosa que ya no nos impida ser nosotros mismos al 100%. Anna es esa escultora que conoce el punto exacto donde las heridas están guardadas y con su sabiduria centenaria, su tesón y sus herramientas es capaz de transformarlas en algo lleno de luz. Seguiré trabajando para mi mejor versión."

"Conocer a Anna ha sido uno de esos regalos inesperados que te da la vida. Con una sola sesión —sin pretensiones ni necesidad de convencerte de nada— logra colocarte en tu sitio. Recuerdo que desde el principio me dijo: “No tienes tierra”. Y en una semana ya había echado raíces. Creo firmemente que la memoria celular existe, al igual que la epigenética. Si podemos influir en nuestros genes, también podemos sanar las memorias más profundas del trauma. Y eso es lo que más valoro de las sesiones con Anna: la posibilidad real de transformación. Con cada encuentro, sentía cómo mi cuerpo liberaba capas y capas de información antigua que ya no necesitaba. Era como si mis piernas se convirtieran en el canal por donde mi cuerpo soltaba lo que ya no le servía. Cambios profundos, auténticos y, sobre todo, duraderos. Gracias, Anna, por hacerme la vida más fácil, más feliz… y por regalarme paz en el alma."

"Como paciente de Anna os comparto que su manera de ser me animó a cuidar una cicatriz antigua que me dolia y limitaba mi movimiento y llevaba mucho tiempo sin atender. La experiencia fue muy transformadora: sentí un alivio físico real, pero también un desbloqueo emocional importante. Su forma de acompañar es respetuosa y efectiva, y me sentí en todo momento en buenas manos. Mil gracias Anna!"